sábado, 23 de junio de 2007

La colecta

Entonces me rajo a llorar en medio del pasillo lleno, siempre resulta si la gente se te pone muy dura. Me bajo de carrera con las piernas agarrotadas de tanto caminar y apenas dan las cinco llamo al Ricardo para ver si es que se halla en su casa, pero ese nunca está cuando uno tiene plata y puede comprar. La ida la hago por Bascuñan hasta que llego al portal verde y bajo a la estación haciéndome algunas monedas más, las últimas del día, en un 210. Sentado en la ventana del Preunic miro los autos pasar apuraditos y cuento la ganancia guardándomela en diferentes bolsillos. Ahí junto al Can, que así le pusimos al perro de las motas blancas en la cara, suelto un poco más la venda del chungo como pidiéndole paciencia, pensando que en un mes o dos más que la haga no se nota que hoy gasté la plata en otras cosas. Total antes tampoco me gustaba mucho ser el capitán garfio; pensando en lo que va a durar esa cosa, para lo único que sirve es de propaganda en la micro mientras no la tenga.


4 comentarios:

Cristóbal H dijo...

A mí me encanta tu forma de relatar, es como una redacción tan limpia y elaborada, armoniosa contigo a la vez...

Y la imgen que escogiste, estupenda.

Saludos.

Miss Rydia dijo...

Carito oh gracias.


Yo no puedo escribir cosas tan cortas. O cosas largas, en verdad. Como que no escribo jajaja me cuesta, ahora último, que me salgan las ideas... pero saldrán.

Te quiero!

Cristóbal H dijo...

No te preocupes, no creo que seas o vayas a ser la peor de las amigas...El apoyo moral se siente de lejos y además no le hice saber a nadie mi enfermo fin de semana.

En fin, me siento algo mejor, asi como super cachilupi para la leer mañana por ser, jajaja, todo felipiento.

Sólo Adán dijo...

Capitan Garfio? me suena.